No soy de Tijuana pero la considero mi segunda casa. He vivido entre Los Angeles y Tijuana por los últimos 8 años. Me toco la época difícil donde la inseguridad era de lo único que se hablaba y era lo primero en que la gente pensaba cuando se mencionaba Tijuana.
Afortunadamente eso ha cambiado.
Mucho de este cambio se le debe a los Xolos de Tijuana, el equipo de futbol de la ciudad, el cual logró que la gente encontrara un común denominador para iniciar el cambio.
Me hice fan de los Xolos, en agradecimiento a lo que la ciudad me ha dado; mi familia. Los he seguido desde que estaban en segunda división y jugaban en el CREA. Recuerdo que los boletos eran gratis, aun después de que empezaron a jugar en el estadio Caliente, me era posible conseguir boletos desde $10 hasta $100 pesos. El ambiente en el estadio era agradable, a pesar de la mala costumbre de celebrar cada gol tirando la cerveza al aire. Tenía que llevar impermeable para mí y para mi hijo, mi eterno acompañante a todos los partidos.
Cuando subieron a primera fue la locura, inmediatamente puse en mi calendario la fecha cuando los pases de temporada se iban a poner a la venta. Compré dos, y los renové durante los siguientes dos años. El premio mayor fue esa temporada donde se logró el campeonato. En lo personal, llegué al punto de viajar al DF solo con mi hijo a verlos en estadio Azteca. Recuerdo muy bien que envié un email a la administración de los Xolos diciéndoles que iba a viajar a verlos al Azteca y quería saber si ellos podrían indicarme donde se sentaba la porra visitante. Nunca recibí respuesta.
Y hasta ahí llego el romance.
Los Xolos iniciaron una campaña de mercadeo para vender más playeras y para satisfacer las necesidades de sus patrocinadores. También, nos bombardearon hasta el hartazgo para inscribir a nuestros hijos en sus escuelas de futbol, usando a Joe Corona como el gancho diciéndonos que este es producto de sus fuerzas básicas. En serio? Subieron el precio de los pases de temporada y de los boletos. Ya no me era posible invitar a los niños de la privada al estadio, y no se diga de mis vecinos que trabajan en maquiladoras, llevar a la familia al estadio era gastarse una semana y media de sueldo.
Y el futbol a’pa?
Bien gracias, la parte futbolística dejó de ser prioridad, se dejaron ir algunos buenos jugadores y se dejaron otros que viven de la grandeza de su pasado, un pasado de segunda división. Se contrataron otros que desafortunadamente llegaron como divas y no sudaron la camiseta.
En esta temporada que recién inicia ya han perdido los dos partidos que han jugado y en serio que han dejado mucho que desear sobre todo por la falta de ganas que se les nota a leguas. Tenemos un técnico que juega a la defensiva, muy timorato, incapaz de inyectar energía a un grupo de jugadores que se mantienen en su zona de confort.
Yo prefiero ser goleado a defender un resultado. Es una preferencia muy personal pero creo que el futbol es para disfrutar, admirar el esfuerzo y no para ver como jugadores profesionales equivocan pases a un metro de distancia. No es futbol cuando se hacen 10 pases hacia atrás y solo uno hacia adelante. No quiero verlos pararse a ver como el balón corre cuando con un esfuerzo adicional pudieron haberlo alcanzado.
Estos no son los Xolos de los que yo me enamoré. Entiendan, no pretendo que siempre ganen pero su afición merece que ustedes dejen el alma en el campo de juego. O lo entienden ahora y hacen cambios o la afición empezará a alejarse. Yo por mi parte, aun cuando tengo esperanzas, he empezado a asistir a los partidos de Baseball de los Toros de Tijuana, el ambiente se pone bueno y los boletos cuestan $30 pesos.